¿Quién mete la manos en el fuego por ti?
Todos en algún momento de la infancia debemos aprender (dramáticamente) una lección de vida. Esta es: El fuego quema. Recuerdo una vez que metí la mano a la estufa y allí conocí el poder del fuego (¿Cómo aprendiste tú?). Para muchas personas, el fuego representa un trauma ya que han tenido experiencias muy negativas. Para otras tantas, morir quemado es la peor forma de fallecer.
Leyendo Daniel capitulo 3, veo que para Sadrac, Mesac y Abed Nego tampoco fue cuestión muy tranquilizante, saber que morirían incinerados en un
gran horno de fuego. ¡Pero espera! iban a ser lanzados con vida. Imagina la
angustia, preocupación y al mismo tiempo la confianza y obediencia en Dios
y Su palabra, al punto se desobedecer el edicto del rey por honrar al Dios vivo
de Israel.
Unos versículos más adelante, encontramos que arrojan a estos chicos al artilugio (horno) que estaba elevada siete veces más de lo normal la temperatura (Daniel 3:19). Como el rey de Babilonia estaba muy indignado, porque estos
chicos no se arrodillaron a la imagen que Nabucunodosor había creado.
Cada quien, en su momento, experimenta quemaduras en la vida; no sólo me
refiero a las físicas, sino a las situaciones emocionales y/o
espirituales que se asemejan un incendio de gran magnitud. Es como sí, aquel suceso consumiera poco a poco toda nuestra vitalidad, hasta el punto que muchos
prefieren entregarse al fuego y calcinarse en el horno, en lugar de poder intentar,
siquiera, salir.
Para los amigos de Daniel, estar en ese horno era debido a los caprichos del
rey. Aunque, Dios tenía un propósito con aquel mórbido castigo. Jehová usaría aquellas altas temperaturas, no para muertes sino, para purificar la fe de
los inocentes y cambiar dramáticamente el corazón de Nabuconodosor.
Daniel 3:25 dice "He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses". No
puede atribuirse ese personaje incógnito a los celadores que lanzaron a los chamos al horno porque murieron al momento de acercarse al candelero (Daniel 3:22).
Entonces, el autor nos dice que el personaje era "semejante a hijo de los dioses" (RVA).
Quiere decir que, esa persona no era humana, mucho menos un muerto o fantasma. ¿entonces quién?
Algunos teólogos respetados en el estudio bíblico, concuerdan que la
aparición se atribuye a una epifanía, es decir, una manifestación de
Jesús en el antiguo testamento. Otros van más allá, afirman que ése
"cuarto" es el Cristo pre-encarnado; y yo me identifico con esta
posición. Ya que los ángeles tienen tareas misivas más que todo y un milagro así sólo se puede atribuir a Dios, es decir, Jesús.
Esta interpretación me asombra, porque me hace pensar que gracias al poder de Jesús aquello jóvenes salieron del horno completamente ilesos, sin ninguna quemada en sus ropas ni su piel; incluso ni olor a humo tenían. ¡Sorprendente! que grande es nuestro Señor.
Quiere decir que Jesús, al ver aquella situación, decide meter Sus manos en
el fuego por sus amados. Por aquellos, que hasta ese momento lo que había hecho
era obedecerlo. Antes de entrar al horno, Dios estaba con ellos invisiblemente y al
entrar al horno, al ponerse la situación a cero posibilidades de vida, ocurre el milagro
de visibilizarse ese Dios Omnipotente para cubrir aquellas vidas y para hacer
un evento sobrenatural que tocaría la vida de uno de los reyes mas idólatra,
ególatra y con histerismo de todos los tiempos: Nabucunodosor.
¿Cuántas personas han metido las manos en el fuego por ti? ¿Cuantas te han podido acompañar o entrar a tu "horno de fuego personal"? ¿Alguna puede hacer lo que hizo Jesús?
Este pasaje está vigente hoy. Jesús sigue apareciendo en los hornos de fuego de aquellos que se lo permitan, por lo que tu mundo no tiene que seguir siendo un infierno. Dios sigue usando esa situación en la cual estás para fortalecer tu vida como Su discípulo y dar testimonio de Su poder a los no convertidos. De pronto, sientes que ya estás incinerado, hecho cenizas, pues el ave fénix es una mitología pero Jesús es real y puede rehacer todas las cosas, hacerlas nuevas (2 Cor. 5:17), desde la nada.
Sadrac, Mesac y Abed Nego pudieron volverse locos ante aquel horno, pudieron ceder e idolatrar al rey; pero en cambio, estuvieron siempre de parte de Dios y se mantuvieron firmes. No permitieron que sus valores y creencias se movieran ante el castigo del rey y por eso fueron recompensados. ¡Ese Dios puede ser tu Dios! A pesar de todo lo que puedes estar viviendo que tu fe no dependa de las circunstancias sino de aquel que puede entrar contigo al "horno de fuego" y permitir que ni un cabello se queme pues tu vida en está en sus manos poderosas.
Jesús siempre está dispuesto a meter las manos en el fuego por ti ¿Se lo permitirás?
Heriberto Fernández (El Tysher)
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