Venec@s



En Colombia, hay un término que se está usando para referirse a los emigrantes venezolanos y es venec@s. Un término que tiene varias implicaciones en su significado. Primero, se suele usar la palabra para tipificar a aquellas personas que tienen padres colombianos y venezolanos, ya que, debido al éxodo de colombianos en la época dorada (petrolera) en Venezuela, la fusión de razas surgió naturalmente. Para aquellos que tienen ese mestizaje, la palabra veneco no es tan mala.

Por otra parte, está el uso de la palabra, para la mayoría de los venezolanos es incómodo y hasta un insulto, que se refiere al emigrante con un tono un tanto despectivo o separatista. Para algunos colombianos, el término es dicho de manera ignorante y/o inocente como se usaría la palabra europeo, latino, chino, etc, pero hay otro grupo, que con premeditación y alevosía esputan la palabra con intenciones xenofóbicas.


Recién me enteré, que la palabra tiene un significante más humillante y soez. Según un portal web la palabra responde a una combinación de “Venezolano coñ** e’ Madre” (grosería usada para fines etimológicos). No puedo dar ninguna veracidad a esa fuente, pero es otro significado de la palabra veneco que aparece en Internet.


En este marco, muchos somos los venezolanos que no nos gusta que nos digan venecos por una u otra razón antes mencionadas. Nos gusta que seamos llamados como es: venezolanos. Claro está, el sol no se puede tapar con un dedo, y los nativos de Venezuela estamos enterados que hay un grupo de paisanos que están haciendo fechorías en las tierras colombianas y esto causa en el local una histeria colectiva que los carga y que lleva a calificar a todos los venezolanos como “venecos”. Aquellos que llegan para robarles o acaparar espacios laborales, públicos, hospitalarios, entre otros. Y por las noticias se observa que en otros países del continente es igual.


Parece que nada bueno está saliendo de Venezuela en este momento (empezando por la intervención del primer mandatario en la ONU la semana pasada). Aquellos que están recibiendo a los emigrantes, aunque comprenden las razones migratorias, no entienden porqué llegan al nuevo país para causar daño social (del muy reducido grupo que les comento en el párrafo anterior). Algunos expresan “como pueden morder la mano que les da de comer”. Y esto es bastante válido.


Cierto es que, están estos grupos que dañan la imagen del gentilicio venezolano y de sus buenas costumbres, pero no todos somos así. Pero a pesar de esto, el amarillísmo nos mete a todos en un mismo saco o bolsa.


La pregunta: ¿algo bueno puede salir de Venezuela? Fue usada hace tiempo con otra localidad: ¿algo bueno puede salir de Nazaret? (Juan 1:46) Y fue usada para referirse a Jesús. Natanael se refería a la pregunta de manera sarcástica y o con cierto humor. La ciudad natal de Jesús era un lugar humilde y con pocas oportunidades para desarrollo primer mundista o para convertir a la nación en una potencia mundial.


La pregunta calificaba a Jesús como alguien con bajos niveles de desarrollo comparado con el erudito fariseo Natanael. Jesús experimentaba para el momento una especie de xenofobia donde su propósito o razón de ser estaba juzgada por la localidad que lo vio crecer y desarrollarse.


Para Jesús, fue un regalo de su Padre celestial poder nacer en aquella cuna poco convencional en Belén y criarse en aquel pueblo pequeño de Nazaret. Lejos estaba de ofender al mesías esa pregunta, pues tiempo después Jesús iniciaría su ministerio en aquella tierra (Marcos 6). Su deseo de salvar a la humanidad por medio del evangelio empezó en su tierra, con su gente, lastimosamente lo rechazaron (Marcos 6:3)  y tuvo que migrar, y decir: Un profeta recibe honra en todas partes menos en su propio pueblo y entre sus parientes y su propia familia. (Marcos 6:4)


Aquella realidad de Jesús, no es tan distinta a la que los venezolanos enfrentan en Colombia y otros países del continente. Jesús pudo pagar con improperios y maldiciones divinas pero su conducta fue otra. Supo que su propósito dependía de Su Padre Celestial y no de las tildes que sus prójimos acentuaban. El ejemplo de Jesús debemos seguirlo, no es sencillo o fácil pero Jesús nos da Sus fuerzas para poder resistir esa y cualquier situación.


Si Jesús le dijeran venec@ hoy ¿cuál sería su actitud? ¿Que haría él? La respuesta está en Juan 1:48, con amor y respeto abordó la situación, pues miró la oportunidad de bendecir a su ofensor. Jesús identifico que seguir aquel hilo o juego no lo llevaría a ningún lugar, más bien llevo a Natanael a un plano espiritual, donde lo hizo recapacitar en que la nacionalidad o la realidad que tenia no es de mayor importancia sino lo que hay en el espíritu, en el corazón. A Natanael no le quedo otra que sorprenderse ante la respuesta de Jesús y reconocer que tenía al Hijo de Dios frente a él.




En consecuencia, de esto podemos aprender que el ejemplo de vida debe ser nuestra mejor arma de defensa ante los comentarios tóxicos e hirientes. Hay que dar lo mejor de nosotros en el lugar donde estemos. El pueblo de una nación no se juzga por la conducta de uno.  Se destaca también, que la tierra que te recibió al salir de tu país es ahora tu tierra momentánea y debes de respetarla y adaptarte a ella como un nativo más. Venezuela no se borrara del corazón por esto, al contrario. Y todavía estás en Venezuela, trata de dar también lo mejor de ti.


Me gustaría que aquellos que no son venezolanos pudieran dejar de usar el termino venec@s y que en su lugar nos digan: Chamo (a), Venezuela o Venezolanos. Esos son calificativos más dignificantes para nosotros y así establecemos puentes de respeto y solidaridad mutua. (El respeto de los venezolanos a los nativos de la nación también debe darse).


Heriberto Fernández (El Tysher)

Comentarios

Entradas populares