Navidad



Llego diciembre y hablar de este mes es recordar inmediatamente la Navidad. Mis mejores recuerdos, de cuando era niño, se encuentran en esa fecha. En lo particular, me gustaba (antes de toda está situación actual) mucho la Navidad venezolana porque son 31 días donde caminas por las calles y se escuchan gaitas y villancicos por doquier, los nacimientos, los árboles de navidad y el olor en la calle de halladas, dulce de lechosa y pan de jamón se mezclan en nuestras narices para darnos un festín olfativo. ¡Ah! Y las parrandas que llegan a casa para invitarnos a cantar al niño Dios y la Nochebuena, es algo que disfrutaba mucho.

Ahora, estando en Bogotá, sigo disfrutando el mes pero con novenas, encendido de velitas, ajiaco, natilla, buñuelos y lechonaaaaaaaaaaaaaaaaaa...!!!

La Navidad es así, un tiempo de compartir en familia y amigos. Sin embargo, la mayoría somos egoístas en esos días, ya que nos olvidamos de quién es en realidad el centro de esa festividad: Es Jesús. 

Por ejemplo, los padres dan su "niño Jesús " (obsequios de nochebuena) a sus hijos y ni siquiera le explican quién es Jesús. Los nacimientos son más usados como elemento decorativo que para recordar toda la escena sobrenatural que ocurrió al nacer Jesús.

Resolviendo un poco ese problema, hay que enfocarse en aclarar primero que Jesús no nació en diciembre, sino en abril aproximadamente según el calendario judío y no el griego por el que nos guiamos. Celebramos en diciembre porque la iglesia católica lo dispuso así. Claro está, Dios no deja de ser Dios por eso, si conmemoramos lo que realmente sucedió en la noche buena.  

¿Qué sucedió?

En Isaías 9:6 dice:

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”

Mucho tiempo antes que el Hijo de Dios llegara, se profetizó el advenimiento de un niño que nos libraría del pecado a la humanidad. Es decir, nos limpiaría de nuestros pecados pasados, presentes y futuros. Libertad real del pecado.

Aquella noche esa profecía se cumplió y llego el "Dios con nosotros". ¡Increíble! El Dios todo poderoso que antes hablaba desde el cielo con nosotros, se hizo humano y vivió como uno de nosotros.   

La llegada de ese niño Rey Salvador, su alumbramiento como uno más de la raza, no solo dividido la historia en dos sino que imprimió en la raza humana el verdadero significado de la Navidad. Con su llegada, nos trajo paz, restauración, consuelo, provisión, esperanza, gozo, alegría y al crecer nos enseñó el verdadero evangelio para salvación.   

Cristo el Mesías es el verdadero significado de la Navidad. 


Así que en estas fechas no te enfoques en ti y en todo lo que deseas, deja que está Navidad Jesús sea el centro. Permite que tu vida reciban los regalos que él sigue teniendo para ti. Él no se quedó pequeño, él creció, murió y resucitó para que cada día y todo el día tengas la oportunidad de conocerle como salvador.   

La Navidad es mucho más que una efeméride, decoraciones, paseos, compartir en familia y amigos, regalos, etc. El sentido de la Navidad es creer en la llegada de aquel niño Dios y que hoy es el único y suficiente salvador al que debes tu vida para siempre, si le aceptas como regalo en esta Navidad. En ese momento tendrás la mejor Nochebuena de tu vida.   


Heriberto Fernández (El Tysher)

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